Boeninger: "A la Concertación le llora un candidato con fuerza... si no, va a perder"
Ex ministro ve con preocupación que "la disciplina está muy perdida" y las confianzas "muy deterioradas". Tanto, que el próximo abanderado requiere un "compromiso muy serio de gobernabilidad" de los partidos oficialistas.
Ve con "escepticismo" pacto con el PC y como "escándalo" respaldo a «descolgados».
Por Karen Trajtemberg D. (Transcrito textualmente, sin ninguna modificación, de la publicación del 8 de Agosto de 2008 realizada por Diario La Segunda)
Está preocupado y no lo oculta. El fundador de la Concertación y ex ministro, Edgardo Boeninger, está seguro de que si el oficialismo continúa con el nivel de desorden que está mostrando, el camino será muy cuesta arriba en las elecciones que se avecinan, especialmente las parlamentarias y presidenciales del 2009.
Por eso, de entrada afirma que no está para analizar la coyuntura, sino el futuro del país, que lo complica. "El gran problema de este país es, después de la elección presidencial, cómo gobernar. Y la gobernabilidad para llevar adelante una estrategia de desarrollo en forma consistente no es algo que hoy esté claro, principalmente por el desorden político", afirma al iniciar la conversación, yendo «al grano» sin rodeos previos.
Y su teoría es clara: "Hay un sector de la clase política de la Concertación que abomina de lo que el país ha hecho en estos 18 años, no le gusta. Entonces, cuando se han soltado las amarras, la disciplina se ha resentido seriamente".
Instalado en un amplio departamento de Las Condes, el vicepresidente de Chile Transparente -muy dedicado hoy, además, a asesorar a sus amigos, entre ellos "varios ministros", confiesa-, advierte que "los partidos políticos están débiles en la Concertación, la disciplina está muy perdida".
-¿Y eso cómo se proyecta al próximo año, con parlamentarias y presidenciales en el horizonte?
-Esto es una mala señal. Y para un candidato triunfante de la Concertación, el «cómo gobierno» o «cómo le aseguro gobernabilidad a mi gobierno» no es una pregunta baladí. La situación ideal sería aquella en que el candidato es ungido, en abril o mayo del próximo año, es el único con posibilidades reales de ganar. Pero en ese momento él debe llegar a un compromiso muy serio con los partidos y con los líderes políticos individuales, que le aseguren un pacto de gobernabilidad, que le aseguren al Presidente tener el apoyo con el que la Presidenta en ejercicio no puede contar.
A la Concertación le llora un candidato con fuerza, que logre reinstalar un camino.
-¿Ricardo Lagos?
-Será Lagos o el que sea, pero ésa es la condición para que sea gobernable. Y el que la gente tenga la percepción de que el país va a ser gobernable después de la elección del próximo año va a influir en los resultados de la propia elección.
-¿Y si no?
-Si no, la Concertación va a perder. Se necesita gobernabilidad para después y eso pasa por un aumento de las confianzas. Las confianzas están muy deterioradas, hay muy pocas confianzas personales de los políticos unos con otros, y de la gente con la clase política. Aquí se necesita una reacción, que tiene que partir de la conciencia de que es la salvación propia la que está en juego.
-¿Está descartada Soledad Alvear?
-No quiero personalizar, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Bachelet "tiene dificultad para imponer autoridad a los partidos"
-¿Falta aquí una demostración de autoridad de la Presidenta Bachelet?
-La Presidenta hace lo que puede, pero evidentemente tiene dificultades para imponer autoridad a los partidos y también las tiene el equipo político, las ha tenido el ministro de Hacienda, que se encontró ahora con la inflación como un elemento salvador para imponer su propia autoridad. No se puede pensar que una sola persona, aunque sea Presidente de la República, vaya a lograr restablecer el tipo de clima que necesitamos para poder navegar con fluidez hacia delante. Tiene que ser una actitud compartida, una revolución de comportamiento. El comportamiento que hemos tenido en el último tiempo ha sido malo y no sólo en la Concertación.
En la Alianza pasa lo mismo y, aunque ganara su candidato presidencial, casi con seguridad va a ser minoría en el Parlamento, entonces se da una cosa muy curiosa: a la Alianza le es indispensable un clima de acuerdo político después de las elecciones si las gana. Y a la Concertación le hace falta un clima de acuerdo hoy.
-¿Cómo se logra eso, si cuando La Moneda pacta con la Alianza, el propio oficialismo lo boicotea?
-Ahí está el problema, hay una disciplina perdida. Por eso, para que el Presidente de la Concertación próximo, si ganamos, pueda gobernar, tiene que estar en condiciones de autoridad, de poder. En el momento de asumir la candidatura, ésta debe ser suficientemente fuerte para exigir un pacto de gobernabilidad muy categóricamente a los partidos.
Además, aquí hay un tema de autoridad. Es lo que pasa con la Ley General de Educación, que se logra en la Cámara, pero en el Senado nuevamente intentan torpedearla. Y este tema de las elecciones municipales: es realmente escandaloso que líderes importantes digan explícitamente que van a apoyar a alguien descolgado por fuera, que va en contra de un candidato de la Concertación, y que no le pase nada, eso es pan para hoy y hambre para mañana. Aquí el senador Navarro no en un lugar, que yo podría entender un tema de amistad, sino que en varios lugares va a apoyar a candidatos que son del PC en contra de candidatos de la Concertación.
-¿Y por qué los partidos no toman medidas?
-Porque no tienen poder, no tienen autoridad. Y en eso tiene alguna importancia el sistema binominal, porque ya no es el candidato el que va al partido y les dice "por favor, llévenme de nuevo", es el partido el que le dice "por favor preséntate porque no queremos perder el cupo". Ahora, si no le dan el cupo, se va por fuera.
Y además, para la Concertación, veo con mucho escepticismo el pacto con el PC. Estoy de acuerdo con que no haya exclusión, pero en términos parlamentarios y sobre todo presidenciales, el apoyo explícito del PC lleva en sí un incentivo a la fuga masiva al candidato de la Alianza de los votos centristas y más moderados, que de otra manera habrían votado por la Concertación. De modo que el voto que entra por un lado sale por el otro. Además, el PC, en una segunda vuelta, como sucedió en las elecciones anteriores, ya son votos cautivos. Entonces, no hay ninguna ganancia.
Y no sé si los electores puedan sentir que existe cierta afinidad entre la DC y el PC suficiente como para un pacto electoral. Y en el caso del PPD también hay mucho de eso. Yo no soy partidario para nada del pacto parlamentario.
"Cuando dos listas compiten, quedan heridos"
-Como fundador de la Concertación, ¿cómo recibió la noticia de las dos listas para las municipales?
-Hay una situación rara. Cuando dos listas compiten, quedan heridos. Ahora, es un poco diferente el tema en las elecciones presidenciales. Porque siempre y cuando haya una sola lista parlamentaria, un bloque puede salir adelante. En las parlamentarias, dos listas de determinado bloque debilita extraordinariamente al otro.
-Esta semana ya el PPD y el PRSD intentaron dar una demostración de fuerza ante la DC y el PS por este tema.
-Lo que pasa es que dos listas parlamentarias tiene como consecuencia casi inevitable dos candidatos presidenciales. Y si hay más de un candidato, se dificulta enormemente esto de que el candidato tenga autoridad suficiente para exigir previamente un grado razonable de unidad y disciplina.
-¿El individualismo está pesando por sobre la Concertación?
-Se ha ido imponiendo el tema de los proyectos de los partidos y los proyectos individuales de los líderes. Los intereses tienden a predominar por sobre el cariño. Esa es una de las cosas que se han planteado en la Concertación, el tema de la lealtad inicial entre un grupo de personas que había compartido una causa, recuperar la democracia, y que fue desapareciendo paulatinamente.
-¿Las dos listas demuestran que el ethos de la Concertación se esfumó?
-No sé si se terminó, pero está mucho más débil.
C U I D A D O A L V O T A R
